¿Cuándo mueren realmente los muertos? Cuando se les olvida. Por ese motivo, el homenaje que recibieron el sábado en el Auditorio los familiares de las víctimas de la catástrofe del Yak-42 y el monumento que se ha diseñado en Zaragoza, son dos hechos que contribuyen a mantener vivo el recuerdo de los que se fueron con la estúpida tragedia. Bien es verdad que el homenaje llegó tarde, pero finalmente se llevó a cabo, y además con una altísima temperatura emotiva. Con este acto, los fallecidos en Turquía estuvieron más presentes que nunca. De otro lado, el monumento que la capital aragonesa piensa levantar en el paseo de la Constitución es también un gesto muy acertado. La obra proyectada por el arquitecto José Manuel Pérez Latorre pretende ser un homenaje constante y cotidiano, a pie de calle, con elementos simbólicos como el agua, que representa la vida en este memorial de recuerdo ciudadano para 62 víctimas.