Los nuevos datos sobre el brote de legionela detectado en el hospital Clínico de Zaragoza preocupan. La aparición de más colonias en torres de refrigeración próximas al centro sanitario es una mala señal, y demuestra que el foco no está controlado. Es de desear, como apunta la consejera María Luisa Noeno, que comience a remitir porque no han aparecido más enfermos, pero las últimas revelaciones no resultan nada alentadoras. Desde luego que hay que lanzar, como pide la Administración, mensajes de tranquilidad, pero cuatro víctimas mortales son cuatro víctimas mortales. Si después de cumplir con rigor, según dicen, el riguroso decreto del 2003 sobre medidas de control contra la legionela estamos como estamos, alguien debería ir preparando una normativa más severa. Esa sería la verdadera forma de calmar a una población, la zaragozana, que tiene motivos de inquietud, con 14 ingresados todavía por esta causa.