Dicen que en tiempos de zozobra no resulta oportuno mudar la piel. Los sindicatos aragoneses, sin embargo, han despreciado tal recomendación y, por diversas razones, se aprestan a sentar en las respectivas sillas gestatorias a nuevos rostros. Cansado de sitiar El Corte Inglés cuando del folgar general se trata sin otra oposición que la de Ameijide, Jesús Membrado (hombre brillante que acaba de dilapidar por un plato de lentejas un enorme caudal político de futuro) ha optado por dar el salto y convertirse en discreto culiparlante en la Carrera de San Jerónimo. Ya veremos como funciona su delfín, Julián Lóriz, en todo caso meritorio de lujo. Sus colegas de al lado, los chicos de Comisiones, sustituyen al "maldito" Tordesillas y el mismísimo Fidalgo (prototipo de buen burgués que realiza una política sindical de derechas) ha tenido que remangarse, pasar el Ebro y bautizar como heréu a Paulino Martínez, dirigente de la Federación Minero Metalúrgica, sucesor del inefable Luis Tomás (¿recuerdan?). A este paso, en CCOO van a añorar a dirigentes como Lorenzo Barón o Luis Martínez, pecadillos aparte. Ya nos dirá el tiempo si la muda ha resultado positiva.

*Profesor de Universidad