Apunten estos tres nombres: José Antonio Zoido, José Antonio Nieto y Enric Millo. El primero, ministro de Interior cuando se celebró el referéndum del 1 de octubre en Cataluña. El segundo, secretario de Estado de Seguridad. El tercero, delegado del Gobierno. Los tres han declarado por el juicio del procés y los tres se han retratado. El primero no sabía nada de las cargas policiales (responsabilidad suya como ministro) y le ha echado el muerto a los operativos. El siguiente, Nieto, asumió toda la responsabilidad y dijo que lo que hicieron los agentes fue un uso legítimo de la fuerza ante la inacción de los mossos. El tercero, Millo, dijo que en Cataluña se vivieron episodios de asedio, violencia e intimidación, y que los mossos deberían haber trabajado coordinados con Guardia civil y Policía Nacional, y haber cerrado colegios electorales, cosa que no hicieron. Bien: al final, por mucho barro que quieran echar unos y otros, las cosas empiezan a aclararse. A saber: si algo hermana a los malos políticos (Zoido, Junqueras) es esa habilidad de sacudirse la responsabilidad cuando vienen curvas. El uno no se enteró, el otro ha encontrado a Dios. A saber también: los mossos no cumplieron con su obligación. Punto. Y por último, a saber: ese trauma colectivo que arrastra parte de la sociedad catalana por la violencia del español opresor debería ser tratado por buenos psiquiatras, porque lo que es tras este juicio, no va a cambiar nada. Ah, y no me olvido de la acusación particular: glorioso su papel. Es que les cambias el caballo por una toga, y se quedan en nada.

*Periodista