La llegada de Jorge Azcón a la Alcaldía de Zaragoza parece haber agitado al urbanismo de la ciudad. Hay muchos movimientos y hace falta aclararlos bien. La compra del convento cercano a La Romareda desvelada ayer por la oposición y silenciada hasta ahora parece vinculada a la operación de reforma del campo de fútbol, proyecto que lidera el alcalde con el club. Hasta las personas que están detrás. Y conviene saber si habrá allí una torre de 35 plantas o no. El urbanismo necesita mucha transparencia y, sobre todo, evitar actuaciones a la carta, que Azcón conoce bien.