Se lamentaba ayer el alcalde de Morés de la desgracia que podía haber ocurrido si un autobús de pasajeros hubiera coincidido con el camión-grúa, justo en el momento que se hundió el puente que cruza el Jalón. Podría haber ocurrido, pues desde que hace tres años se realizaron unas obras para reafirmar la estructura ya no había ninguna señal que limitara el peso. El secretario general técnico de Obras Públicas de la DGA, José Luis Abad, va a investigar si la grúa superaba el peso permitido, pero debería investigar también quién es el responsable de que la señal no estuviera en su sitio si, como ayer apuntaba la DGA, no podían circular por ese puente vehículos de más de 16 toneladas. Así se explica el accidente que, afortunadamente, sólo ha representado un tremendo susto para el conductor y grandes problemas de movilidad para los habitantes de varios municipios de la comarca del Aranda y Calatayud.