La única forma de cumplir los plazos que el Gobierno se ha dado para sacar las tropas españolas de Irak es hacer la mudanza a medias, de forma que la mitad del material que los logísticos que están encargados del repliegue dejarán en Diwaniya el material menos imprescindible. No sólo es cuestión de tiempo y plazos. En las prisas por salir de Irak ha influido también la seguridad de los soldados que están recogiendo el material en medio de una gran tensión bélica. Desmontar la base y retirar el armamento, los vehículos de combate, la maquinaria y los grupos electrógenos, entre otras cosas, es una operación de "alto riesgo" y tan complicada como el despligue, ya que la previsión era que las tropas españolas permanecieran una larga temporada en Irak. Sopesados los riesgos, el ministro de Defensa, José Bono, ha decidido que las tropas salgan en el tiempo marcado para preservar la vida de los soldados, que es lo primero que hay que preservar.