En estos momentos en los que nadie se pone de acuerdo en nada, en los que vemos que las acciones de Gobierno de autonomías y ayuntamientos consisten, básicamente, en deshacer lo que hicieron los anteriores; en estos tiempos, digo, en los que dos partidos se sientan a negociar y lo único que hacen es perder su tiempo y hacérnoslo perder a los demás, quiero señalar una iniciativa que apunta hacia lo que debería ser la política, que es el pensar en (y legislar por) el bienestar de los ciudadanos.

Se trata de la ley impulsada por el PSOE para regularizar la eutanasia, una demanda de gran parte de los españoles (recuerdo aquí que regularizar la eutanasia no quiere decir que se la vaya a aplicar a todos los moribundos a la fuerza, que es una cosa voluntaria y para la que hay que estar en plenitud de facultades mentales. Lo digo por aquellos que creen, o hacen creer a los demás, que te van a dar matarile en cuanto estés un poco mayor).

Les decía que menos mal que hay destellos de vida política, porque ha sido Ciudadanos, que antes se abstenía, quien ha decidido desbloquear el trámite y apoyar por fin la ley. «Con PSOE y Podemos hay diferencias en materia económica o territorial, pero en esto no la hay», ha dicho Rivera. Bueno, es un avance.

Me quedo con lo positivo, ya que hoy, que se celebra la Diada en Cataluña, tendremos una buena dosis de conflicto y de dialéctica rupturista. Porque creo que también los ciudadanos merecemos celebrar un avance en una iniciativa que, si nos vemos en esa dura tesitura, nos asegure por ley una muerte digna y unos buenos cuidados paliativos.

*Periodista