Carmen Laforet relató de manera espléndida y detallada en su novela Nada (1945) las fatigas cotidianas de la sociedad española burguesa de la postguerra civil: sus desesperanzas y miserias, sus usos y abusos, sus desequilibrios, sus opacos horizontes.

Otra mujer, Marguerite Yourcenar, escribió que cada hombre está obligado a elegir entre la esperanza infatigable y la prudente falta de esperanza. Y un servidor tiene la sensación de que algunos personajes de Laforet (en la novela Nada ) se movieron en un mundo más próximo a la prudente falta de esperanza --quizás por las restricciones y sordidez de la época-- que a la esperanza infatigable. La catalana Carmen Laforet, ahora muerta, llevaba más de 20 años sin publicar, y siempre transmitió cierta insatisfacción por no haber podido desarrollar su obra, pronto interrumpida, en otros tiempos y escenarios. En cualquier caso, Nada , junto al Quijote de Miguel de Cervantes y La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela son las novelas españolas más traducidas a otras lenguas. Laforet: toda una joya de la literatura hispana.

*Doctor en Medicina y radiólogo