Se imaginan el último grito de las pasarelas políticas? Lo adivinaron: las naderías, esto es, tonterías, hechos sin importancia y de poca entidad. A eso se dedican las élites políticas y económicas de este país, en el que sus dirigentes no solo son incapaces de reconocer la profunda crisis de Estado en la que estamos sumidos (deterioro institucional, desprestigio de los partidos, decadencia de los sindicatos, aumento de la deuda pese a los súper recortes, reformas que hunden los salarios, tasas de desempleo insoportables, vista gorda a los mega casos de corrupción, negativa a la reforma del sistema político-) sino que tratan de convencernos de que la recuperación está en ciernes. Semejantes frivolidades no son propias ni de los personajes más impresentables del universo de la moda, que los hay a mares como en política, tanto en la escena nacional como autonómica. Si no, fíjense en las proezas discursivas de doña Luisa Fernanda Rudi, presidenta del Reino de Aragón y adalid de "los proyectos caducados, discursos decepcionantes, palabras anodinas y alejadas de la realidad", como su homólogo español, dicho sea de paso. Afrontar un 2014, con más contención del gasto, cero inversiones o nuevos recortes, no es popular ni aceptable, pero no hablar de la negociación del nuevo sistema de financiación (cuando este va ser el caballo de batalla del año), o empecinarse en una baldía cruzada anti-Cataluña por las manipulaciones históricas de los catalanes últimamente, son síntomas inequívocos de naderías.

Periodista y profesora de universidad