Sean un error, un olvido o una torpeza, como así las califica el consejero de de la DGA, Alfredo Boné, lo cierto es que las declaraciones de un alto cargo del Ministerio de Medio Ambiente dando por enterrado el proyecto del embalse de Santaliestra son absolutamente rechazables desde Aragón. La muerte de esta obra de regulación se daba por hecha, tampoco hay que engañarse, pero la DGA no puede permitir, en tanto no se resuelva el debate hidráulico entre partes enfrentadas que se ha abierto en Aragón, que Madrid decida unilateralmente qué obras se hacen y qué obras no se hacen. El PSOE no puede soplar y sorber a la vez, invitando al resto de partidos y a los colectivos ciudadanos a dialogar y al mismo tiempo dar por sentado cuál será el desenlace de las conversaciones. Cristina Narbona empezó con fuerza, pero parece que no se entera, o no se quiere enterar, de cuál es la solución al colapso hidráulico de Aragón. Que alguien se lo explique.