El Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IAACC) o museo Pablo Serrano ocupa un singular edificio en el número 20 del paseo María Agustín de Zaragoza. Inaugurado hace varios años, durante mucho tiempo sólo fue un mero cajón de cemento, hierro y cristal donde apenas se realizaban actividades. Pero en los últimos dos años este espacio grande y plurifuncional está adquiriendo un papel protagonista en la programación cultural de la ciudad. Presentaciones de libros, talleres literarios, jornadas de novela histórica, conferencias, seminarios, actividades de danza y exposiciones están dando significado y llenando de contenido al IAACC. Esta semana se ha inaugurado una magnífica exposición de Natalio Bayo en la que este artista, premio Aragón-Goya en el año 2014 por toda su carrera, reúne varias decenas de obras con el título Variaciones goyescas. Bayo, que domina todas las técnicas de la pintura y el grabado, nos regala una visión moderna y clásica a la vez de la obra del sordo genial de Fuendetodos. Disfrutando de los cuadros de Bayo en su reinterpretación de Francisco de Goya, asistimos, dos siglos después, a problemas nacionales nunca superados que resurgen una y otra vez en la historia más triste de este país. El cuadro El duelo a garrotazos de Goya, esos dos hombres frente a frente clavados en la tierra hasta las rodillas para dirimir sus disputas moliéndose a palos al estilo de los «juicios de Dios» del Medievo, lo reinventa Bayo como Las dos Españas, una metáfora de la crueldad, el encono y la violencia con la que en tantas ocasiones los españoles han dirimido sus divergencias. Un digno catálogo de algo más de cien páginas recoge buena parte de las obras expuestas; es una pequeña joya que se vende al asequible precio de diez euros.

La ciudad de Zaragoza tiene ya ese espacio tan necesario para el arte contemporáneo y se han puesto los medios y las ideas. Ahora llega el momento en el que los zaragozanos y los visitantes acudan a visitar este museo, lo vivan, lo disfruten y lo hagan suyo.

Si todavía no lo han visto, háganme caso y vayan con su familia y sus amigos al IAACC, recorran sus salas, suban a su magnífica y sorprendente terraza y contemplen Zaragoza a vista de pájaro. Háganlo porque el IAACC es nuestro y aprovechen la ocasión para pasar unas horas emocionantes y plenas. Observen, sientan, reflexionen, tómense un café rodeados de arte y les aseguro que saldrán de allí más felices y confortados. Y, además, la entrada es gratuita. Un acierto, se lo aseguro.

*Escritor e historiadorSFlb