Ala que no haces lo que debes, y a veces incluso haciéndolo, la Segunda División te pone en el sitio rápidamente. Natxo González utilizó la rueda de prensa previa al encuentro de mañana en Cádiz para bajar los humos, recolocar los pies en la tierra y a todo el mundo en alerta, los primeros a sus futbolistas, que son los que saltarán al Carranza. Como buen cartesiano, al entrenador del Real Zaragoza no le gusta la euforia descontrolada, ni los cálculos grandilocuentes ni el exceso de vehemencia. No quiere esprintar antes de correr ni correr antes de andar ni andar antes de gatear. Todo poco a poco.

Ayer mordió el polvo el Sporting de Gijón en casa contra el Barcelona B y el propio Zaragoza probó el amargo sabor de la falta de tensión competitiva en La Romareda frente al Sevilla Atlético. Fue solo un día y ha habido muchos, pero que no sea por no avisar. Natxo González comanda ahora mismo a un grupo de futbolistas en excelente dinámica, con un patrón de juego totalmente desarrollado, con la confianza colectiva e individual en máximos, con figuras claves como Borja o Cristian en momento dulce y con una afición entregada y generando una atmósfera solo al alcance de esta ciudad en Segunda. Todo marcha fenomenal, pero el playoff todavía hay que amarrarlo. Una victoria abriría la puerta de la tercera plaza, pero una derrota en Cádiz volvería a dejar al séptimo clasificado en el mismo cogote. A eso se refirió ayer Natxo cuando habló con voz de entrenador. Ejerciendo.