Ocho meses de preparto, y todo para echar al mundo un alien de categoría inclasificable. Algunos le auguran menos de un año de vida, otros al menos dos (si consiguen sacar adelante los presupuestos generales), pero no es improbable que continúe toda la legislatura e incluso se perpetúe un tiempito largo en el poder, dada la naturaleza perversa del ADN de este Gobierno de coalición. Falta de conocimiento del medio, poca clase política, limitado interés en el bien común, gran preocupación por sentar sus culos en las bancadas del poder supremo (el todo por un sueldo presidencial--ministerial--vitalicio; su alma (si es que alguna vez la tuvieron) por satisfacer sus ansías de instalarse en lo más alto de las instancias ejecutivas de un país), siempre con el objetivo puesto en mantener sus carteras y sus egos bien henchidos. No va a ser fácil, comentan ciertos expertos, especialmente con el comienzo que se han marcado los Unidas Podemos, que le han fastidiado al presidente la exclusiva de comunicar el reparto de papeletas en el nuevo Ejecutivo, un feo que Sánchez ha visto con malos ojitos. Pero, nada es imposible, ya se sabe que los matrimonios de conveniencia son indestructibles. Es cuestión de dejar bien claritas las normas del juego, algo que no es problema, pues ya han firmado para ello el sagrado acuerdo de las 20 reglas de trabajo, en el que se recogen los protocolos de cooperación necesarios entre las dos fuerzas para garantizar la convivencia. Esperemos que el punto «estrategia común de comunicación» en el que especifican que ninguno de los ministros opinará sobre la actividad de los otros, se lo aprendan y apliquen bien, por la cuenta que les trae. Todo, por el pueblo... Larga vida al nepotismo psoe-mita.

*Periodista y profesora de universidad