Ay, son los días decisivos. El Gobierno presenta sus presupuestos para el año que viene, aproximadamente el 2005, y estamos de nuevo en el filo del ser o no ser. ¿Habrá caído algo de lo que pedíamos a los Reyes Magos? Ya se ha visto en estas décadas ominosas que el color del partido que gobierna no significa gran cosa para Aragón, que no tiene grupo mixto y está a lo que le digan.

Coincida o no coincida Madrid con el Pignatelli, siempre nos quedamos a dos velas. Y en esas estamos de nuevo, en plenos nervios. Los indicios no son muy alentadores: lo que dijo el ministro Solbes sobre la deuda sanitaria (que no), las vaguedades colaterales sobre autovías, desdoblamientos e infraestructuras... (La palabra INFRAestructuras parece acuñada a mala idea para Aragón). Pero hay que confiar en la mano secreta del presidente de Icí, y nuestro flamante secretario de Estado, el oscense Morlán, que está en el Cogollo mismo donde se cuecen los mapas. Algo caerá pues. Rezar y esperar. ¿No ha reaccionado el nuncio? Pues todo es posible. Aunque la pachorra secular del Estado para con Aragón bien podía haber dado algún indicio de cambio, un avance. Hubiera bastado algún detalle (con presupuesto) para aplacar hace un mes a ese aluvión que sube a protestar desde Teruel y que, por súbito overbooking, no se manifestará ante la Delegación del Gobierno sino --Ruta 2-- ante el Pignatelli, que no maneja los AVEs. El gentío ya acude directamente a plantear sus reivindicaciones a Teruel Existe, como si fuera el Justicia o el ejecutivo autónomo. Que no se puede ir en tren entre Teruel y Huesca, pues se traslada la queja a Teruel Existe y se vuelca con todo lo demás en la mani del 3-O, que sigue recibiendo adhesiones, apoyos y también un poco de catenaccio. Si por el Estado fuera, ya sabemos que no acostumbra a echar gran cosa del PGE sobre Aragón. Están los grandes temazos, Expo, AVEísmo, que cuentan con promesas de porcentajes, sin cuantificar (y con los pisos, ojo).

Pero hay unos cuantos buzamientos históricos --la lista de siempre-- que todos los gobiernos olvidan o retrasan, quizá por esa inercia de ujieres que viene desde Felipe II. Pero esta vez hay que confiar en que nuestro Secretario infiltrado, el oscense Morlán, habrá sabido colarle a los amanuenses de Solbes algunas partidas en el excel. A ver.

*Escritor y periodista