En Dinamarca, Alemania o Noruega los vecinos están obligados por ley a mantener las aceras y entradas de sus casas limpias de nieve y hielo. Si alguien sufre daños por caídas, la comunidad correspondiente correrá con todos los gastos derivados de la caída, pues los seguros atan muy fino en esta cuestión. Hay unas fotos fantásticas de la entonces primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, cumpliendo a palada limpia con sus obligaciones de vecina ante la impasible mirada de un policía, cuyo menester no era quitar nieve. En el norte de Europa nieva mucho, pero el soporte público y la conciencia cívica evitan que las carreteras se colapsen y que las calles queden intransitables. Ocurre también, como en España, que el soporte público no siempre está bien gestionado, y en muchos países los neumáticos de invierno son obligatorios: el incumplimiento arrastra multas de hasta 5.000 euros, como en Austria. En España no hay una normativa general al respecto. Libre albedrío. La mayoría lleva cadenas o fundas especiales, pero algunos no saben instalarlos. ¿Para qué?, ya vendrá la Guardia Civil a echar una mano si la cosa se pone fea. O el 112, si nos hemos metido en una carretera cerrada por nieve para hacer unas risas. Estos son los que se cruzan en la carretera y taponan la llegada de auxilio. No hay normativa pero sí autopistas carísimas que no ofrecen seguridad. Y unos responsables políticos que se ponen muy chulicos cuando gestionan fatal y no dimiten porque aquí es impensable que el presidente o cualquier hijo de vecino salgan a limpiar la acera. H *Periodista