Con los informes que ratifican con datos precisos los errores producidos en la identificación de varios de los fallecidos en el accidente del Yak-42 en Turquía, el ministro de Defensa informará en las Cortes y cumplirá y hará cumplir la ley, según anunció ayer. Bono no ha concretado qué tipo de acciones va a emprender, pero ha vuelto a insistir en que no le mueve "ningún afán justiciero". Nadie se lo pide, más que nada porque el desgraciado proceso que siguió al trágico accidente en el que murieron los 62 militares españoles puede calificarse de negligente chapuza y hasta de mal trato a las familias, pero probablemente no de delito. Algún alto responsable de Defensa hizo muy mal su trabajo y algunos más, militares y políticos, negaron ayuda y ocultaron información cuando no mintieron. Por supuesto que hay que observar y hacer observar estrictamente la justicia: sobre los errores cometidos y sobre las lamentables actitudes de desprecio.