Al equipo de Zaragoza en Común en el ayuntamiento se le conocía hasta ahora su obsesión por colocar banderas, pero no por quitarlas. A los mismos ediles que han jaleado que en el balcón consistorial ondearan enseñas de países como Grecia o Francia, o hasta la multicolor de la diversidad sexual, no les parece bien que el Santo Domingo Juventud coloque en su campo de Torre Ramona, municipal, una badera del Real Madrid, junto a la española, la aragonesa, la zaragozana y la del propio club de Las Fuentes después de que este rubricara un acuerdo de colaboración con los merengues. La gestión deportiva no es cosa ni de nombres de pabellones ni de banderas, sino más bien de canteras.