La dirección de Opel Europa aspira a eliminar 618 puestos de trabajo, exactamente, en su plantilla de Figueruelas. La reducción se hará efectiva al año próximo, cuando baje el ritmo de producción en la planta y se elimine incluso el tercer turno que fabrica los Corsa . A priori esto es lo malo, y lo bueno del caso es que la empresa aspira a negociar y a que las bajas puedan llevarse a cabo de forma voluntaria.

El hecho en sí no resulta dramático. Sin embargo hay que tener claro que en el 2005 el PIB aragonés perderá algo de fuelle al igual que las exportaciones, y que las empresas auxiliares de Opel también notarán el efecto de las medidas restrictivas adoptadas por la multinacional.

La cuestión puede ser bastante más ardua si Opel Europa no remonta el vuelo, lo que no sólo va a exigir las actuales medidas encaminadas a redimensionar la producción y bajar costes, sino también cambios drásticos en la alta dirección de una empresa que últimamente no parece estar muy acertada en sus estrategias. Porque si las cosas no mejoran en el vértice de la pirámide, mal podrán resolverse reduciendo la base. Crucemos los dedos y, entre tanto, sigamos apostando por diversificación económica.