Tibio. 1. Templado, ni frío ni caliente. 2. Indiferente, poco afectuoso. Son las dos acepciones que recoge actualmente el diccionario de la Real Academia Española.

La leche, la sopa, pueden estar tibias, según las calientes más o menos, pero no lo son per se. Lo mismo sucede con las personas. Pueden estar tibias de forma temporal pero no serlo permanentemente. Diferencias entre ser y estar. Las conocen bien los que aprenden nuestro idioma.

Lo que está sucediendo en España en los últimos años convierte en una tarea harto difícil atrincherarse en la escala de grises. Corrupción de prácticamente todos los colores, violencia desmedida en las calles so pena de defender supuestos derechos vulnerados, comportamientos más que censurables de algunos representantes públicos, declaraciones irresponsables de presuntos responsables políticos…

No cuesta trabajo encontrar ejemplos que levantan algo más que pasiones, en uno y otro sentido. Lo que cuesta es callarse. Por eso, el ser tibio no debería ser sinónimo de indiferencia, falta de compromiso o ambigüedad. Convendría que fuera el resultado de un proceso de análisis y valoración de las circunstancias que llevara a uno a optar por esa posición intermedia. Porque no es lo mismo ser prudente que condescendiente tampoco pueden equipararse templanza y tibieza.

La realidad va por otros derroteros. Es habitual que la tibieza acabe convirtiéndose en una cualidad personal, en una actitud vital. Mostrarse tibio se suele asociar a mantenerse siempre al margen ante cualquier situación, a equidistancia, a no mojarse. Pero no pronunciarse también es posicionarse. No tomar una decisión es, igualmente, elegir. El silencio a veces es más elocuente que el más agresivo de los discursos, así que quizá no estemos leyendo bien entre líneas. A lo mejor debemos prestar más atención a las personas que convierten la tibieza en guía de todos sus movimientos.

Quizá, de la misma forma, los tibios por convicción y no por conveniencia podrían reivindicarse más, echar de entre los «suyos» a aquellos que se escudan en una falsa neutralidad para decir al mismo tiempo so que arre. Decir que a 0º no hace ni frío ni calor es tan engañoso como la indefinición intencionada.

Existe un aragonesismo ya recogido en el diccionario de la RAE que vale la pena recordar, más aún cuando ayer celebramos el Día Internacional de la Lengua Materna. Jacilla. Dícese de «la señal o huella que deja algo en la tierra sobre la que ha estado por algún tiempo». Aun yendo de puntillas uno deja marca en el camino. Aunque se empeñe en no hincar los talones.