Qué extraño y qué normal es todo. Lo más raro se hace normal al día siguiente. Lo más normal se vuelve extraño. A Carod ya lo había olvidado España a los pocos días de salir consejero en cap. Llamaron un poco la atención los nombramientos de los parientes, que es algo habitualísimo en la clase política, en todas partes, y luego nos olvidamos del profesor. Pero él estaba en Perpignan, en una reunión con etarras en cap, unos tipos con todos esos muertos a sus espaldas, bombas, niños, etc. En Perpignan, a donde iban a ver El último tango , etc. Y eso que no sabe conducir. Se nos recuerda estos días que sólo los representantes del Estado tienen derecho a dialogar con los asesinos, y según de qué manera. Pero no los representantes de las autonomías, ni siquiera de las principales. Y menos a escondidas, sin saberlo los parlamentos, las comisiones. Carod insiste en que a esta reunión clandestina no iba como consejero en cap, sino como jefe de ERC, aunque hay cargos que no se pueden dejar en el armario para ir a reunirse con unos proscritos, de modo que también acudió a Perpignan con su cargo a cuestas, y si no hubiese sido conseller quizá no lo habrían recibido. Puede ser que el CNI --al que algunos aún llaman con el castizo CESID--, estuviera monitoreando la reunión, y eso abre otra vía de barullo infinito, porque a los servicios secretos, por definición, no se les puede preguntar dónde han estado, y los gobiernos que los mandan no dicen ni pío. Pero es una vía colateral, un ramal. Lo primero es que la pax aznárea --que comprende también al PSOE, y a la burbuja de los pisos-- se ha visto quebrantada --y acaso robustecida-- por este fogonazo: está por ver. Por su parte, el infractor ha urdido una maniobra delicada --quizá la única posible--: se presenta el 14-M, delega en el electorado el juicio por su actuación y deja abierta la posibilidad de volver al govern.

Al plantear esta posibilidad obliga al electorado a evaluar el axioma de que sólo el Estado puede negociar con los terroristas y abre una brecha nueva en el forcejeo independentista. La campaña electoral ha mutado, ya no es la misma. Los que sostienen que Carod ha sido un ingenuo son unos ingenuos. Con esta pirueta, Carod ha alterado el debate, ha descolocado a todos, incluyendo al gobierno, y ha lanzado su campaña.

*Periodista y escritor