Ya no sorprende que desde fuera de aquí, se opine que en el Ebro hay aguas sobrantes; algunos políticos más interesados en lo suyo que en respetar lo nuestro, hacen campaña en pro de que las aguas de ese río, mediante costosos trasvases, se utilicen en provecho de territorios situados bastante lejos de la cuenca ibérica en vez de desalinizar caudales del Mediterráneo que lo tienen al lado.

Preocupa esa insistencia que nada espontánea y todavía menos, de ingenua En Aragón guardamos memoria de esa política de arrancamientos a costa de nuestras posibilidades hidráulicas, hay que desmentir a cuántos imaginen que sería factible sustraer más caudales al Ebro "sin que la sangre llegue al río".

El aprovechamiento del Ebro es para Aragón, una cuestión dramática y deben aprenderlo así los dos partidos que alternativamente, nos gobiernan. Es tristemente casual (¿o causal?) que esos dos partidos se opongan al trasvase cuando ejercen la oposición y que acaricien la mala idea de trasvasar más aguas del Ebro a territorios ajenos, cuando les toca gobernar España.

Recordémoslo y defendámoslo siempre: vuelvo a decir ahora, como simple ciudadano, que los caudales que haya en el Ebro, siempre serán la medida de nuestro posible desarrollo; si se volviera a la política del "trasvase y tente tieso", nos quedaríamos sin un porvenir digno de ese nombre y los primeros culpables seríamos nosotros por callar y consentir. Nadie, ni persona ni partido, debería recibir ni hoy ni mañana un voto de esta tierra si no se recibe la previa garantía de que servirá para defender tenazmente, todos los caudales del Ebro.

El Ebro es nuestro capital más estimable y en el caso de Aragón, casi la razón de existir del territorio entero; Aragón no sería nada sin el Ebro; el Ebro significa su patrimonio principal. Siempre, he sostenido que en Aragón no sobran aguas sino que faltan inversiones que nunca se hicieron aquí ni por el PP ni por el PSOE. Ambos partidos, cultivan la desigualdad entre la España interior y la del litoral.

Cospedal, Presidente de una Comunidad Autónoma y Secretaria General del PP, tropieza otra vez, así que va y dice que "es una barbaridad no aprovechar el agua sobrante de otras cuencas, singularmente, en la del Ebro". Y añadió: "si sobra agua, no me parece mal que la aprovechen otros, es más, me parece un disparate no hacerlo". El disparate y la barbaridad es decirlo.

Insinúan que intentarán de nuevo, lo que tanto beneficio conllevaría para Levante, partiendo de una inexactitud grave como es decir que en la cuenca del Ebro, sobra agua: eso es lo que seguirán predicando sin decir la verdad; la verdad es que faltan inversiones o sea, prometen falacias.

¿Serán sobrantes las aguas que nacen o pasan por aquí pero que no se aplican para atender nuestras carencias esenciales?; sinceramente, eso suena a mentira consciente; obras proyectadas o suspendidas hay una cuantas en Aragón pero ninguna que sirva para satisfacer aquella olvidada intención constitucional de "corregir desequilibrios interterritoriales y hacer efectivo el principio de solidaridad" (art. 158.2 de la C.E.). Lo dispuso la Constitución pero no se corrigieron los desequilibrios interterritoriales existentes y en más de un caso, esas diferencias se agravaron sin que se escandalizasen los responsables.

De la idea de "aguas sobrantes" hacen un malicioso empleo; "sobrante" es lo que excede de lo preciso para una determinada empresa, pero y sólo por ejemplos, ¿cabe decir que están regadas las dos márgenes del Ebro a su paso por Aragón?; ¿están realizadas todas las obras hidráulicas que Aragón requiere o todavía no pasaron de la fase prometedora?; ¿está asegurado el suministro a todas las poblaciones que dependen del agua del Ebro?; ¿qué hay del olvidado Canal de la Margen Derecha del Ebro?; ¿qué esperanza, que no sea solamente palabrera, permitiría creer que España es para todos y no sólo para los protestantes? El año que viene cumplirá cien años de ley de riegos del Alto Aragón, ¿y qué?

Hay que insistir: si por "sobrantes" se entienden las aguas que nos quieran dejar, tendrán razón esos pedigüeños porque para las pocas inversiones que Madrid hace por aquí, cabe que aún sobren caudales pero si se habla de las aguas y obras que realmente necesitamos, es inicuo decir que haya en Aragón, aguas en exceso, porque sólo sería una falsificación de la verdad.