Teruel se colapsa este fin de semana. No hay camas. Es la frase definitiva, decir que en un sitio no hay camas supone el éxito. El atasco de la nieve es la otra cara del éxito de las estaciones. Teruel, despoblada y sin AVE, se llena de gente ávida de emociones, teatro, representación de la tragedia de los amantes, lo que signifique este continuum de actos para el visitante, que puede ser muchas cosas. Volver a la tierra madre, con la excusa que sea. Medio teruel vive lejos, como le pasó al mismo amante. La excusa perfecta siempre es el llenazo, la fiesta con éxito, el mogollón, la multitud sin nada que hacer. Aunque no consiguiera nada más, la iniciativa Teruel Existe ya habría hecho bastante con llamar la atención sobre la desidia de los gobiernos, tantos gobiernos olvidadizos, llamar la atención sobre la infinita insolidaridad de España. Soria, Teruel. Unos particulares, unas cuantas mujeres, han reflotado lo de los Amantes, la representación de lo que más valor tiene, esa cosa inasible, misteriosa, que es el amor; se inventaron esto que ahora ha crecido tanto que ocupa un fin de semana largo, que atrae gente, que deja la comarca sin camas. ¡No hay camas! El reclamo ideal para que apetezca ir a un sitio. Aunque no haya AVE, ni esperanza. Aunque esas autovías lleguen con cuentagotas. Este año hay un patrocinador privado, Sabeco, hay que decirlo. Antena Aragón va a transmitir la tragedia en directo para el resto de la comunidad. Los amantes están vivos, se escribe y se pinta y se piensa más que nunca sobre esta leyenda, esta historia que debe de ser cierta, puesto que no se agota. Antonio Losantos, que ha dejado El Parnasillo --suplemento literario del Diario de Teruel -- en un lugar tan alto, ha escrito breve y bien sobre los amantes. ¡No hay camas, vamos!. La tentación es irresistible. Se puede hacer un lote con Dinópolis. Lote jamonero amorosífero. Quizá habría que fundir los lemas: Jamón y amor de Teruel.

Los amantes quizá se pueden leer como una crítica a la deslocalización, tan de moda ahora. El pobre amante tuvo que emigrar, deslocalizarse, a ganar fortuna: un anticipo de lo que le esperaba a la provincia. La iniciativa privada, entusiasta, logra desamuermar grandes bloques de información dormida, grandes leyendas y pasiones. Convertir el misterio en un "no hay camas".

*Periodista y escritor