Todo empezó en París en el 2002. Pero el espíritu de la Noche en blanco se ha ido afianzando en distintas ciudades, entre ellas Zaragoza, que desde hace siete años pone en marcha, coincidiendo con el inicio del verano, una oferta cultural en la que los horarios se trastocan en busca de la noche. Desde conciertos, visitas teatralizadas, actuaciones musicales y ciertas propuestas de ocio configuran un programa que el Ayuntamiento de Zaragoza recoge como iniciativas y las expone ante los potenciales usuarios. Una buena forma de romper con la rutina de horarios culturales.