Qué gran noche la de los Oscar de este año. Empezó llevándose su Oscar como actor de reparto Brad Pitt, que tuvo su primer personaje en 1986, disfrazado de pollo en un restaurante de comida rápida, y mira dónde ha llegado. A veces la vida es como un cuento. «Érase una vez en Hollywood. Qué gran verdad», señaló el actor en su discurso. Toy Story 4 se llevó el premio en película de animación, y en ese momento ya nos dimos cuenta (por si había alguna duda) de que España no iba a tener suerte ante rivales tan talentosos. Taika Waititi vio recompensado su brillante guión adaptado por Jojo Rabbit, una mordaz y deliciosa película en la que se ha sacado de la manga un Hitler amigo imaginario descacharrante. Y el guión original fue para la surcoreana Parásitos, la película del año, desde luego. La sonrisa infantil de Bong Joon-ho, emocionado mientras mira incrédulamente su primer Oscar, es para ver en bucle una y otra vez. Luego le caerían los premios por mejor película internacional, mejor dirección y mejor película, haciendo doblete e historia, coronándose como la gran triunfadora pese a no estar rodada en inglés. Y tiene muchísimo mérito en un año con tanta calidad en las películas finalistas.

Por lo demás, Laura Dern recibió de regalo de cumpleaños el premio a la mejor actriz de reparto por la cínica abogada de Historia de un matrimonio, otra de las grandes cintas del año. Y Joaquin Phoenix, descomunal mejor actor principal por Joker, dio el discurso más político y emotivo de la noche. Habló de las injusticias, de la redención y las segundas oportunidades, y se le quebró la voz al recordar a su hermano River. «Cuando tenía 17 años, mi hermano escribió esta letra: Corre al rescate con amor, y la paz llegará después».

*Escritor y cuentacuentos