A muchos zaragozanos se les atragantó la celebración de la Nochevieja por culpa de los servicios públicos de transporte, que se tomaron fiesta a las nueve de la noche. Para esa hora, muchos ciudadanos que habían trabajado esa tarde y otros que intentaban desplazarse de un extremo a otro de la ciudad tuvieron que hacerlo a pie, según denunciaron ayer muchos de ellos en llamadas a esta redacción. Es tradicional que los buses urbanos abandonen el servicio a esa hora en días tan señalados como la Nochebuena y la Nochevieja, pero la tradición, al menos en una ciudad de las características de Zaragoza, no debería estar reñida con lo que debe ser un servicio público. La situación que vivió Zaragoza en la tarde-noche del miércoles se agravó además por la falta de taxis, que esa tarde estaban libres de servicio, es decir, sin la obligatoriedad de salir a la calle como se establece para los fines de semana. El enfado de los usuarios está más que justificado.