El desenlace de la inestabilidad política nacional con el acuerdo cerrado entre PSOE y Unidas Podemos, con el beneplácito del separatismo, es inaudito. Y no por ello sorprendente.

La inestabilidad de estos últimos meses se encauza sobre lo previsible, por mucho que se negara en campaña su desenlace por el PSOE. El ‘sanchismo’ ha urdido un acuerdo que se mueve en la balsa política de lo esperado. La ocultación premeditada durante la campaña electoral pasada de las potencialidades de un acuerdo con Unidas Podemos, con el amparo del nacionalismo excluyente, era el único camino.

Es el marco político que ha diseñado el ‘sanchismo’. No hay alternativa a un acuerdo nítidamente de izquierdas con la complicidad del separatismo. Más allá de auspiciar un futuro gobierno de España con las tesis menos centradas del parlamento. La cuerda del pacto tiene tensiones inevitables que se deberán solucionar por la supervivencia del gobierno de izquierdas.

Es un acuerdo basado en los principios de la ‘nueva izquierda’ que buscan capitanear Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Es la presentación de un nuevo paradigma de cómo entender la política desde el lado de la izquierda. El necesario apoyo de los nacionalistas, en el momento que sus postulados más radicales son su leitmotiv, dibuja un mapa del acuerdo inquietante. Y desconocido en el sendero de la política nacional.

La alteración de los límites produce extraños fenómenos cuyas causas son irremediables e inconsistentes. Un nuevo escenario siempre conlleva nuevas visiones. Un manejo de la realidad sólo pensado para los más audaces.

Sin embargo, en base a lo previsible del acuerdo, se desconocen la mayoría de las líneas maestras del pacto. Hay algo más en todo acuerdo político que desconoce la opinión pública, y publicada.

Es intolerable que, tras un acuerdo de estas dimensiones por inaudito o novedoso, no se detalle la letra pequeña. La aprobación del programa de gobierno sin preguntas por parte de los periodistas o el silencio de Pedro Sánchez en la última rueda de prensa del año del Consejo de Ministros denota, en parte, el alma del acuerdo.

Los detalles más concretos de un acuerdo que se sustenta en la novedad deben ser el principal reclamo de la sociedad, encarnada en el periodismo. Sin todo ello, el pacto de un gobierno de izquierdas nace viciado moralmente. El futuro de todos debe explicarse hasta el final.