Aunque el PSOE aún no ha precisado en todos los extremos el programa económico con el que gobernará, se sabe que irá dirigido a fortalecer la economía para apoyar los avances sociales, como aprobó ayer su dirección federal. Sí se conocen los trazos más importantes, el equilibrio presupuestario y la contención del gasto corriente. De las palabras de Pedro Solbes, futuro responsable del área económica socialista, se desprende que el déficit cero es el objetivo, pero no a cualquier precio. Y que el presupuesto se utilizará como instrumento estabilizador de la economía. Podría haber déficit, siempre por debajo del 3% que fija el pacto de estabilidad, si las circunstancias lo exigen. Y también se anuncian retoques en el impuesto del patrimonio, para que sólo paguen las fortunas, y en el de plusvalías, para adecuarlo también a la renta de cada declarante.

Pero hay un aspecto vital en la obtención de recursos que debe abordarse sin prisa y con firmeza: la economía sumergida, que representa el 21% del producto interior bruto (unos 130.000 millones de euros). Como apuntan los inspectores fiscales, quizá no se trate de indagar más en quienes ya declaran, sino en los que no lo hacen.