Los nuevos reyes, Felipe y Letizia, realizaron ayer su primera visita oficial a una comunidad autónoma a Cataluña para asistir a la entrega de los premios de la Fundación Príncipe de Girona. En su discurso, el Rey destacó "el respeto, el entendimiento y la convivencia" como elementos "consustanciales a la Monarquía parlamentaria". Empleando el catalán, que intercaló a partes iguales con el castellano, Felipe se refirió a las virtudes que han caracterizado a los catalanes al destacar "el amor a su tierra, y en especial a la lengua y la cultura", así como "el sentido emprendedor, la capacidad de iniciativa, el espíritu reflexivo y la mirada hacia el exterior". El Rey eludió, como era de prever, toda referencia a la situación conflictiva de las relaciones entre Cataluña y el resto de España, pero anunció que el cambio de sus responsabilidades no va a menguar su atención a ese territorio. Anoche mismo, el Rey tuvo oportunidad de dialogar con Artur Mas en la cena organizada por la fundación. No era lugar para conversaciones de calado, pero todo lo que contribuya al diálogo, la distensión y el conocimiento mutuo, bienvenido sea.