El Primero de Mayo volverá a llevar a miles de trabajadores y de parados a las calles en un contexto de crisis en el que ya no se reivindican avances o salarios, como hace apenas una década, sino derechos básicos. Uno, fundamental, el del acceso a un puesto de trabajo. El segundo, que también debería ser fundamental, el de que ese trabajo digno, pleno, completo... La batalla hoy es contra la precariedad creciente y contra la temporalidad en un momento en el que tener un contrato estable a tiempo completo se ha convertido en un fin en sí mismo.