Han pasado cinco meses desde que se cerró la plaza Salamero de Zaragoza y el párking y el arreglo definitivo va a tardar y mucho. Es verdad que en medio ha estado la pandemia, pero aún hay que esperar por lo menos mes y medio para conocer los informes técnicos, el presupuesto de la obra no se planteará hasta el año que viene y, eso sí, ya sabemos que el dueño del aparcamiento puede pedir daños y perjuicios. Una plaza tan céntrica y un párking con tanto uso no pueden tener ninguna excusa por parte del equipo de gobierno municipal. Hay que actuar rápidamente, porque ya ha pasado mucho tiempo, y hay que intentar que esos trabajos tengan un presupuesto capaz de esa celeridad. No es una obra para escudarse en que no hay dinero. A lo mejor no se está para hacer grandes obras en la superficie, sino las justas para que el entorno vuelva a ser útil para los zaragozanos y los visitantes.