El caso de los vecinos de la calle Gil Berges de Zaragoza es la prueba más palpable de que algo esta fallando en la sociedad y con la legislación. La okupación de unos pisos nuevos propiedad del BBVA por parte de lo que para los vecinos son «okupas profesionales» ha generado una situación de alarma que ni la Policía parece poder atajar. El hecho de que este delito sea considerado leve en el Código Penal del 2015 lejos de disuadir alienta a aquellos que no tienen nada que perder. Con que se actuara con la misma diligencia que en los desahucios, los propietarios vivirían más tranquilos.