El triple compromiso que adquirió el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, de que haría públicas las listas de espera antes de las europeas lo ha imcumplido. Quizá pensaba estirar su credibilidad hasta esa fecha y contribuir con ello a que al PP no se le pasara factura por ello. No ha conseguido ni lo uno ni lo otro. Pero sigue hurtando a los ciudadanos un dato fundamental para enjuiciar su gestión, como si la información le perteneciera. Ahora, pone la excusa de que está preparando un plan de choque para combatir esas listas. Se ve que quiere informar de la gravedad mientras propone la terapia.