Hay malestar en la DGA por cómo se ha afrontado la crisis del lobo, tras la oleada de ataques a ovejas en Monegros. Se ha pasado de minimizar el número de víctimas y de esgrimir un plan a futuro a plantearse incluso medidas retroactivas, lo cual es tanto cómo reconocer implícitamente el error. Le ha costado, pero Olona le ha visto las orejas al lobo