Aunque hay distintas versiones, once parece que fueron los pasos que dio la infanta para llegar al juzgado de Palma y once también, de momento, los cuerpos de inmigrantes subsaharianos recuperados junto a las costas de Ceuta. La comparación no es gratuita, porque las dos imágenes, que tuvieron lugar al final de la semana pasada, se han disputado la cobertura informativa dentro y fuera de nuestras fronteras con desigual resultado. El poeta Mario Benedetti, en su poema El Sur también existe reivindica esa mitad del mundo, dominada y olvidada a partes iguales por la otra, que le impone sus normas. El poeta nos muestra la banalidad instalada en un norte desnortado incapaz de ver lo que ocurre allí "abajo, abajo", desde donde el poeta trata, una vez más sin éxito, de llamar nuestra atención y abrir nuestros ojos. El análisis de este texto en clase de Literatura me ha permitido contrastar sus palabras. Ninguno de mis alumnos polacos tenía conocimiento del suceso de Ceuta, mientras sí conocían la declaración de la infanta. No es casual, como tampoco lo es que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, tarde una semana en dar explicaciones en el Congreso por las sospechas y contradicciones que se ciernen sobre la actuación de las fuerzas de seguridad y que lo haga un día después de que el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, anuncie querellas contra quien la cuestione. Y tampoco es casual que Mariano Rajoy cuestione de antemano la actuación del juez Castro, manifestando su convicción en la inocencia de la infanta, y que la Fiscalía haga lo propio desimputándola primero y filtrando después que no pedirá responsabilidades penales para ella.

Periodista y profesor