La macrorredada efectuada ayer por la Fiscalía Anticorrupción en varias provincias españolas y que salpicó a los ayuntamientos de Huesca y Teruel es todavía muy confusa. El jefe de la Policía Local oscense fue detenido y puesto en libertad, y sobre el que fuera su homólogo turolense pesa una orden de detención. Ambos por su presunta implicación en una trama para, posiblemente, beneficiarse y beneficiar a una empresa que comercializa sistemas de gestión de tráfico que ninguna de las dos ciudades usa. En lo que sí coinciden ambos jefes es en su pertenencia a una asociación profesional que parece estar en el punto de mira por sus relaciones con empresas de este sector. Quedan muchas cosas que aclarar.