La pasión es el instinto de la razón. El enamoramiento exige pensar, el deseo no. El rechazo se analiza y elabora, el odio no. El tridente de nuestro comportamiento se refleja en un triángulo en el que la razón, el instinto y el aprendizaje se modulan permanentemente en su interacción con los demás en diferentes situaciones. Hay personas fanáticas, que reducen al máximo el ángulo de la amplitud de su razonamiento y aprendizaje. Otros se centran tanto en lo racional que convierten la circunferencia de su vida en un paradójico círculo amorfo. Cuando nuestros comportamientos se alteran y se subliman, pasando directamente de un estado sólido a otro gaseoso, o viceversa, necesitamos intervenir con una terapia que corrija la fiebre o la hipotermia de la conducta. Llega el descontrol y decimos que «se nos fue la olla». De forma científica describimos una falta de autocontrol emocional. En comportamientos graves la ira desbocada se transforma en agresividad. Las personas que la desarrollan suelen manifestar un inmediato arrepentimiento, e incluso depresión posterior, lo que no impide que vuelva a reproducirse. Es habitual en niños, de forma leve, y puede ser grave en adultos. Nuestro esfuerzo profesional consiste en aislar las emociones de los comportamientos. Una emoción negativa es natural y no es necesario evitarla. Lo que sí debemos atajar son las consecuencias, tanto para el propio sujeto como para el resto, de esas emociones. La ira, como furia desatada, se compone de una parte de ansiedad y otra de pensamiento activador. Es decir, explosivo y espoleta. La suma de técnicas de relajación frente a lo emocional, y otras de tipo cognitivo para desactivar las ideas que desatan la ira, nos ayudarán a que en una jornada cualquiera de nuestra vida no protagonicemos, como Michael Douglas, Un día de furia.

Furia ha desatado la banda de los trinitarios de San Juan de la Facha que dirige el ayuntamiento, tras la aprobación de ordenanzas e impuestos en Zaragoza. La derecha acoge la doctrina ultra de «creced y multiplicavox». Subirán los recibos a la mayoría y se rebajarán a familias numerosas. Es decir, no a los que más lo necesiten sino a quienes menos hayan pecado dentro del matrimonio. Joker Azcón debe instaurar el día de la Obra, el Opus day, para conmemorar esta fechada tras su aprobación en pleno. Es curioso que esta crítica, una y trina a la vez, la lean ustedes hoy 27 de octubre, el mismo día que en 1553 quemaron en la hoguera al ilustre aragonés Miguel Servet por cuestionar la Santísima Trinidad. Furia de espumarajos lanzó el concejal Cubero contra su compañera popular Natalia Chueca. Don Alberto disfruta con la maño borroka. Se sentía un okupa cuando gobernaba y quizás ahora se encuentre más aliviado de realizarse en la oposición. No ha debido entender que su papel es cascar, políticamente, a las derechas y no mandarles allí. Hace falta nivel para decir esto con gusto y autoridad. Algo que sí tenía José Antonio Labordeta. El PP está encantado del estilo cuberista de deconstrucción política del concejal. Así la noticia será la bronca y no las barbaridades aprobadas por PP, Ciudadanos y Vox.

Casado ha estado en el Casino de Teruel. Parece que esta provincia existe más desde que la plataforma reivindicativa se presenta a las elecciones. El problema es que exista menos por lo que pueda votar después de los comicios. Al PP se le ve crecido por la jibarización de Ciudadanos y la posible abstención de una izquierda desacorde. Hoy solo están seguros dos diputados para el PP y PSOE por Zaragoza, uno para cada uno en Huesca y Teruel y otro por esta misma provincia para la agrupación de electores turolense. La batalla se centra en el tercer escaño por Huesca y en los tres asientos por Zaragoza que se reparten seis fuerzas. Casi nada, Senado aparte. Por eso estos días es fácil encontrarse a buena parte del Consejo de Ministros por Aragón.

El jueves se desalojó a un okupa de la dignidad. Pedro Sánchez tiene sentido del humor. Escogió el 90 aniversario del famoso «jueves negro» para sacar a don Paco. El dictador salió de su fosa sobrevolando Cuelgamuros. Ahora le llaman Francisco Franco ‘Vagamontes’. La exhumación estuvo dirigida por un tanatopractor. Debe ser un dinosaurio de última generación capaz de enfrentarse al tirano francosaurio.

Mientras, los franquistas han arremetido contra los marmolistas-escayolistas, pensando que eran una facción de los marxistas-leninistas que, dicen, hoy gobiernan España. Sánchez también juega con el humor negro e inteligente de Berlanga y consigue que unos verdugos, hermanos, acaben con el dictador. A Franco le despidió un prior falangista y le acogió el golpista Tejero que, esgrimiendo amenazante el hisopo de su hijo el cura, gritó: «Le entierren, coño», mientras disparaba agua fachita contra el féretro. Al final, el funeral tuvo horrores de estado. Los restos que siguen en el Valle reposan ahora más tranquilos pero muchos siguen huérfanos. Como bien señala el historiador aragonés Julián Casanova, falta recuperar la dignidad y la memoria de quienes tienen familiares allí, enterrados sin su consentimiento, y muchos otros que siguen en cunetas y fosas comunes. Ahora toca explicar ese monumento como memorial de nuestra Historia, que unificó lo peor de la dictadura y la religión, para evitar que se repita.

*Psicólogo y escritor