El oso vuelve a hacer acto de presencia en los parajes pirenaicos. Y por partida doble. En la zona francesa, al noroeste de Benasque, y en la aragonesa, cerca de Campo, donde atacó una oveja. Estos dos incidentes, unidos al ataque de un lobo en la zona de leciñena han vuelto a poner en la palestra, como un mantra, la conservación e introducción de estos animales salvajes. La administración mantiene las ayudas y los ganaderos sus reivindicaciones.