No son argumentos técnicos, no se trata de que la ciudadanía desconozca el Código Penal actual y no podamos entender la sentencia porque no tengamos capacidad para ello, no tiene que ver con que la construcción del relato de los hechos tiene que estar en los fundamentos jurídicos. Es ideología pura, es patriarcado. No querer sentenciar que el delito cometido en Sanfermines por los componentes de La manada fue una agresión sexual tiene que ver con el ejercicio del poder por parte del sistema judicial. Desgraciadamente dos votos particulares no son la mayoría y el inmediato ingreso en prisión tampoco es suficiente. En un momento en el que muchas de nosotras (y nosotros) hemos decidido no callar ante una Justicia que transmite un mensaje de impunidad ante la violencia sexual y que perpetúa el miedo con el que hemos crecido todas las mujeres, la Justicia lanza un mensaje de ratificación sobre dónde está el poder. Pero nosotras ya no queremos seguir viviendo con miedo. Cada sentencia que sigue penalizando a la víctima en lugar de al agresor alimenta este miedo. Revictimiza a las mujeres y pone en cuestión nuestro comportamiento en lugar de cuestionar la agresión en sí misma. ¿En cuántos delitos la víctima tiene que «demostrar su inocencia» o probar que se resistió todo lo que pudo? Solo en los de naturaleza sexual. ¿Por qué? Porque detrás subyace el control y la penalización de las mujeres ante su libertad sexual: si tienes determinado comportamiento ya sabes que te expones a ser sometida y violentada por no ajustarte al rol que tiene previsto para ti este nuestro sistema patriarcal. H *Psicóloga social