Lo peor de este interminable e insufrible debate (discusión a gritos, más bien) sobre identidades, patrias, esencias, traiciones y legalismos es que no solo tapa cuestiones más candentes del día a día (ya saben, los salarios, la sanidad, la educación, las pensiones y otras prestaciones que se tambalean en la cuerda floja), sino que impide por completo mantener conversaciones mil veces más importantes para el futuro: el papel de España en la revolución tecnológica, el modelo económico, la investigación, el empleo, la transición enérgética o el calentamiento global. Mientras, Alemania vuelve a convertirse no solo en la locomotora financiera de Europa sino en su gran cerebro, invirtiendo y trabajando en la industria 4.0, en la inteligencia artificial en general, en la constante mejora de los procesos productivos o en el desarrollo de los artefactos que pronto habremos de comprar o fabricar bajo su dirección (por ejemplo, el coche eléctrico). Otro tanto hace China, a la cabeza de un Oriente que empuja como un cohete y del que quiero contarles más cosas un día de estos.

España lleva perdidos (con la excepción del País Vasco y hasta cierto punto de Cataluña) todos los trenes de la modernidad científica, tecnológica y, por tanto, económica. A fecha de hoy, al tiempo que sostenemos polémicas sobre quiénes somos, qué bandera ondeamos o qué himno nos conmueve, nuestros jóvenes investigadores emigran y lo mejor de las escuelas de Ingeniería o de las facultades de Ciencias se busca la vida en países más centrados en lo estratégico.

Aquí polemizamos con pasión sobre cosas tan peculiares como la fiesta de los toros (que si sí, que si no), y al parecer están en auge las propuestas de partidos cuyas primitivas fórmulas y argumentos retroceden hacia los más grotescos mitos de aquella España que despreciaba cuanto ignoraba, uno de los enfermos de Europa, un país incapaz de conocerse, de identificarse con algo razonable y de descifrar su atormentada historia. Que inventen ellos, decimos otra vez con imbécil obcecación. Y nosotros... a caballo.