La violencia neonazi ha hecho acto de presencia una vez más en Zaragoza con una brutal agresión en la madrugada de ayer a un joven, que ha precisado asistencia hospitalaria. La alarma mostrada por los vecinos de determinadas calles de la ciudad, que ven cómo proliferan en su entorno antros de reunión de estos jóvenes, o el hecho de que Zaragoza acoja con preocupante frecuencia concentraciones nacionales, no han tenido, por el momento, la contundente reacción policial que reclama la sociedad. La Delegación del Gobierno debe poner todos los medios para evitar que tales energúmenos campen a sus anchas.