Total, otra noche de infarto. Merendando con bombas. Leganés. Las teles, de nuevo desaparecidas. Como el día de reflexión. Pasa algo gordo y las teles siguen con sus latas, grabadas o en directo. Seguimos dando información en los canales de pago. El que no está abonado o no tiene internet (y un poco de suerte de que ese día Auna no le corte la acometida), recurre a las radios, que ponen todas lo mismo a las mismas horas, o sea, deportes, aunque haya bombas en Leganés. En El Larguero aún entrevistaron unos minutos a un jugador del Leganés, que vive a trescientos metros, y luego al fútbol de cabeza. La información se ha puesto por las nubes. Vuela medio edificio y no hay manera de pillar nada. Este desamparo, en la noche preelectoral, fue devastador. Ese apagón, más la fúnebre comparecencia del candidato popular, fue lo que impregnó la noche de una sensación de golpe de estado, el rumor que luego propagó internet y lanzó al mundo Almodóvar. Esa sensación de apagón absoluto en la noche de reflexión fue demoledora, y por eso se explica la acogida que obtuvo el rumor. Y por eso se explica la furia que se desató contra la SER, y el agradecimiento de miles de oyentes que, al menos, encontraban algo que escuchar en ese mar de silencio. El apagón volvió a ocurrir al final de este sábado, los millones de personas que no pagan un extra por un poco de información fueron laminados, aunque los medios públicos se supone que ya van incluidos en los impuestos. A dos velas, luz de gas, silencio universal. Allí seguía la monserga de Salsa rosa , la espeluznante comedieta de los sábados de TVE... Lo peor es que quizá ninguno de estos apagones informativos se han producido para censurar nada, sino por mera inercia comercial, por pereza, por haber despedido demasiados periodistas... Nada, ni una mísera franja de texto. Una cosa es la normalidad, que ya no existe, y otra no contar lo que está pasando cuando pasa algo gordo. Vaya usted al canal 24 Horas. Suscríbase o chupe basura gratis, con los impuestos, a base de anuncios. La normalidad se ha quebrado por otra punta, hay nuevos factores, nuevos desastres en marcha, los estamos interiorizando, afectan a las decisiones. Las teles han de reconvertirse, han de contratar otra vez a los cámaras y a los periodistas de verdad, a los que no duermen. Y han de informar también cuando la salsa rosa es sangre de verdad.

*Escritor y periodista