El incendio de autobuses urbanos en Zaragoza, que entran en ignición cuando circulan por la ciudad con viajeros se está convirtiendo en una situación que se reproduce con demasiada asiduidad. Ya no se trata del riesgo que genera para los propios usuarios o el entorno en que se produce --hasta hora no ha habido, afortunadamente, afectados-- , sino de la clase de mensaje que transmite la concesionaria de una flota que en cuanto supera los 14 años entra en riesgo. Hay que ser exigente con las revisiones y la caducidad de los vehículos. Estos días, unas jornadas sobre municipalización de los servicios públicos en Zaragoza pone en el punto de mira el necesario control sobre los mismos. A tomar nota.