La recreación de las Bodas de Isabel volvió a cerrar ayer con gran éxito una nueva edición (ya van 23). Tiene aspectos mejorables, claro, empezando por un gabinete de comunicación profesional que esté a la altura, pero destaca que probablemente sea la fiesta popular de Aragón que más rápidamente ha crecido y evolucionado en las últimas décadas. Esta vez sí el dinero público que llega en forma de subvención (que no es poco) luce como debe.