Las fiestas del Pilar de este año volverán a ser un éxito. Los zaragozanos están satisfechos, en general, de lo que se ofrece y el equipo de Belloch reinventa adaptando el modelo existente. Mucha calle, muchos espacios para la música, la combinación de lo tradicional (con innovaciones) y lo nuevo y la gran participación popular, vuelven a ser los ingredientes de un programa que, en época de crisis, el gobierno municipal ha sabido financiar desde el exterior. El consistorio solo aporta el 20% del presupuesto por patrocinios y otros ingresos. Algo importante. Decía el alcalde que este año se van a volcar en la proyección exterior para que vengan más forasteros. Es un reto que se arreglaría trayendo a Zaragoza a una estrella de la música que solo se pudiera ver aquí. Pero la base funciona y se hace bien en no cambiarla.