Por primera vez en su historia, breve si la comparamos con la de otros partidos, el Partido Popular ha elegido a su líder mediante un procedimiento participativo, algo así como unas primarias. Nos gustará más o menos el modelo elegido pero debemos reconocer que Pablo Casado es el líder que los militantes del PP han querido. Dado que no gobierna, tiene dos tareas por delante: oponerse a lo que haga el Gobierno y decir lo que hará él si llega a gobernar. Y, por lo que estamos viendo, todo ello adornado con frases grandilocuentes.

Sobre la inmigración ha llegado a decir que hay un millón de africanos esperando para venir a España. Diferentes oenegés han hecho comunicados diciendo que esa afirmación es falsa y que no hay dato objetivo alguno para estimar una cifra tan exagerada. Entendemos que lo que está queriendo decir es que si él gobernase no permitiría la entrada a nuestro país de tantos emigrantes como lo está haciendo el actual gobierno. Hay, por tanto, un anuncio político importante: no quiere tantos emigrantes. Lo que no es nada afortunado es el envoltorio de su mensaje, puesto que miente.

Cierto revuelo han levantado unas declaraciones hechas coincidiendo con el Día de la Hispanidad. El objetivo de las mismas es más que evidente: quiere lanzar el mensaje de que él y su partido son amantes de España y de sus símbolos. Nuevamente lo que chirría es el envoltorio, ya que para reforzar esa idea la ha rebozado de afirmaciones erróneas. Ha declarado que somos la nación más antigua de Europa, cometiendo dos graves errores, hablando de nación y de antigüedad. La palabra nación no siempre ha tenido el mismo significado y solo es en el siglo XIX cuando se va concretando lo que hoy se entiende por dicho vocablo. Y hay que comenzar por decir, alto y claro, que las naciones no existen. Son invenciones humanas para explicar la vinculación de cada uno de nosotros con la tierra en la que vivimos. El suelo, los ríos, el aire, son realidades, podemos medirlos. Los Estados también, con un territorio, una población que lo habita y una soberanía que permite el gobierno del mismo, reconocido por el resto de los Estados. Las naciones son ensoñaciones que permiten a dos personas vivir en el mismo lugar y afirmar que pertenecen a dos naciones diferentes. Y no pasa nada, son creencias. Mi carnet de identidad me lo proporciona el Estado, no la nación. Y quien aspira a gobernar debería ser más cuidadoso y no confundir conceptos.

Sobre la antigüedad hay poco que decir ya que no hay medida universal que pueda dar el título de primera o segunda o …. Según que instrumentos de comparación usemos podemos ver a unos o a otros primeros o quintos. Sí es cierto que España es uno de los primeros Estados en construirse como tal, pero no le veo yo la grandeza a eso. Grecia es la cuna de la democracia y ya vemos como está.

Ha añadido, para engrandecer a España, que la época de la Hispanidad es la más gloriosa de la historia. Comparar la conquista de América con la transición del franquismo a la democracia es imposible. Medir el potencial inglés en el mundo y decir que es inferior al español de aquella época es, cuando menos, aventurado. Resumiendo: los mensajes políticos dirigidos a los votantes del siglo XXI mezclan muy mal con relatos épicos del XVI.

Más serio ha sido su posicionamiento sobre la eutanasia. Para afirmar que el PP no está de acuerdo con esta práctica ha dicho que es un problema que no existe y lo ha comparado con la venta de órganos. Sobre la existencia o no de la eutanasia creo que debería informarse mejor ya que son muchas (¿miles?) las familias que pasan por trances muy dolorosos y personas que recurrirían a esta práctica si fuese legal. Las sociedades más avanzadas son las que son capaces de afrontar con claridad problemas tan difíciles como este y le dan soluciones legales, con todas las garantías. Afirmar que es como la venta de órganos es una ofensa a los miles de ciudadanos, donantes o receptores, que participamos en la modélica organización española de trasplantes, líder mundial en esta técnica médica que tantas vidas ha salvado. Venta de órganos hay en los países tercermundistas, grupo en el que debemos incluirnos en la práctica de la eutanasia ilegal porque partidos como el PP se niegan a reconocer la necesidad de su regulación legal.

Hay quien piensa, desde una óptica de izquierdas, que es bueno que el líder del PP vaya por este camino. Yo discrepo. Lo que haga Pablo Casado, si es que llega a gobernar, nos concierne a todos y, por ello, sería bueno que se fuese preparando de la mejor manera posible y que tenga cerca de sí asesores capaces que le impidan decir las tonterías a las que nos está acostumbrando, como acusar a Pedro Sánchez de golpista.

*Militar. Profesor universitario. Escritor