Muy refranero ha salido el director general de Patrimonio de la DGA, Javier Callizo. Si le preguntan por las relaciones del Ejecutivo con la familia Pablo Serrano, fundamental en la gestión del museo que lleva su nombre y al que acaba de incorporarse la coleción Circa XX, no puede obviar el análisis con una gracieta del tipo "cada cosa a su tiempo y los nabos en adviento". Una cosa es defender la exposición de Pilar Citoler y otra no entrar en los conflictos que planean sobre la gestión de un museo icónico. Y para eso siempre es tiempo.