Controlar el gasto y los recursos en la organización hospitalaria es razonable. El despilfarro está reñido con las cuentas públicas. Pero de ahí a que algunos pacientes ingresados en los centros de Aragón no puedan ser atendidos con el material necesario, como unos simples pañales que deben comprar las familias, hay un abismo. Y a ese pozo se ha lanzado la nefasta gestión de la DGA. Las denuncias de falta de material ya no son puntuales, son persistentes. El Salud niega problemas de abastecimiento pero no es creíble. También negó que fuera necesario habilitar camas para urgencias. Y...