Los gobiernos, nacional y aragonés, deberían sentirse concernidos por el llamamiento de las grandes empresas a apoyar la reindustrialización del país para acelerar la recuperación económica. Si la crisis se ha parado gracias a las reformas estructurales, cuyo efecto más visible ha sido el empobrecimiento de la sociedad y particularmente de las clases medias, el nuevo ciclo tiene que venir de la inversión público-privada en el sector industrial, del que también saldrán beneficiadas esas clases medias hoy depauperadas. ¿Para cuándo un pacto de Estado, con partidos y agentes sociales y económicos?