La envergadura de esta 'pancrisis' es de tal calado que ha hecho desaparecer del panorama mediático muchos de los temas que hasta su aparición oficial eran parte de la agenda mediática, política y pública, como: 'brexit', emigración, desaceleración, recesión, desempleo, terrorismo internacional o cambio climático, entre otras, han desaparecido en buena medida, de las agendas mediáticas y públicas, lugar que ha sido monopolizado por el virus que ha generado la mayor crisis internacional desde la II Guerra Mundial: la pancrisis.

Hasta el 31 de enero, el término genérico de Coronavirus, o el más específico de covid-19 no estaba en el vocabulario de la ciudadanía española, europea o internacional. El nombre de este virus era patrimonio y de uso exclusivo de los científicos especializados en sus laboratorios o congresos especializados. En poco más de dos meses el término ha recorrido el mundo y se ha extendido tanto y tan rápido como el propio virus.

Los medios de comunicación actuales, y precisamente debido a la proliferación de fuentes informativas informales, interesadas o no, falsas o verdaderas han generado distintos fenómenos: desinformación, infosaturación o información malintencionada, o últimamente infodemia. Los medios tienen que enfrentarse al miedo y a la desconfianza de la ciudadanía que, si bien les está volviendo la espalda por una supuesta falta de credibilidad, hoy están recuperando una parte del espacio perdido en la opinión pública.

El uso de sistemas de comunicación digital (todo tipo de redes sociales, Instagram, o Whatsapp) ha aumentado de una forma clarísima e inequívoca. Lo mismo sucede con el tiempo de consumo ante el televisor (en cualquiera de sus formas: móvil, tablet, PC u otros). Según Barlovento Comunicación, este mes de marzo ha alcanzado un récord histórico el consumo mensual de TV.

No cabe duda de que el confinamiento doméstico es la causa principal para este récord, pero es posible que una vez finalizado, algunas costumbres se queden fijadas a nuestras rutinas, al menos en buena medida.

La comunicación televisiva, especialmente la dedicada a las comparecencias oficiales (técnicas, militares y presidenciales) ha conseguido audiencias impensables anteriormente. Las fuentes oficiales han ganado credibilidad y confianza, y prestigio la profesión periodística, siendo considerada una de esas «actividades imprescindibles» que han de mantenerse activas en este estado de alarma. La cuarentena oficial sería infinitamente más dura de soportar sin la presencia de los medios de comunicación en sus tres vertientes: 1) información; 2) formación, y 3) entretenimiento.

Las televisiones españolas, especialmente las de carácter oficial (TVE1 y TV2) se han volcado al servicio público, tratando de minimizar los efectos perjudiciales de la paralización de la educación nacional en todos sus niveles, incorporando programas de formación en diferentes franjas horarias.

En esta 'pancrisis', los medios de comunicación han recuperado su vocación de servicio público y su prestigio. En este sentido, el principio de Heisenberg: de indeterminación o de incertidumbre, desarrollado en la física cuántica, por el premio Nobel de Física (1932) Werner Heisenberg, tiene una aplicación central para la opinión pública y la democracia. Viene a decir que, en el momento en que se observa o mide una realidad, ésta y su entorno se alteran. Es el propio observador/ciudadano quien la modifica. Aplicándose este principio a los medios de comunicación y a la opinión pública: la realidad será otra tras la pandemia.

Para salir de esta 'pancrisis', necesitaremos lo que los griegos llamaban un pancresto, una forma de remedio para todas las enfermedades, que lo mismo que la vacuna venidera, está por aparecer.

*Profesora y coordinadora de Periodismo-Unizar. mariagp@unizar.es